



Una característica de un buen insight es que es tan simple y revelador que parece obvio. Sin embargo no lo es. En realidad, llegar a ellos puede ser todo un reto.
Entonces, ¿por qué es tan complicado encontrar un insight?
El cerebro humano no solo es capaz de capturar y entender grandes cantidades de información, sino también de procesarlos de una manera única: encontrando atajos que nos permiten entender el mundo y predecir patrones. Estos mismos atajos son los responsables de que podamos realizar tareas rutinarias casi sin pensarlo (como volver a casa sin fijarnos en el camino) pero también son los culpables de hacernos caer en sesgos cognitivos.
«Piensa en el cerebro como una colina cubierta de nieve, y en los pensamientos como trineos que se deslizan por esa colina. A medida que un trineo tras otro desciende por la colina, aparecerá un pequeño número de senderos principales en la nieve. Y cada vez que baje un nuevo trineo, será atraído por las pistas preexistentes, casi como un imán. Con el tiempo, cada vez es más difícil deslizarse colina abajo por cualquier otro camino o en una dirección diferente».
- Mendel Kaelen
Es decir, procesamos la información de forma tan efectiva que es fácil confundir nuestra visión de la realidad con la realidad misma.
Sin embargo, aún con el cerebro buscando atajos constantemente, es común llegar por accidente o casualidad a nuevos hallazgos que desbloquean el pensamiento creativo conectando puntos aislados.
Por ejemplo
Piensa en una situación cotidiana sobre la cual se te ocurre un chiste u observación.
Eso es un insight al que llegaste por accidente simplemente observando el suceso y detectando algo absurdo o curioso.
Algunas claves a continuación.
¿Cómo encontramos los insights?
«Un descubrimiento no es algo que nadie había notado antes. Su valor no radica en verlo primero, sino en ser el mejor usándolo para resolver el problema».
- Eduardo Salles, Cofundador de Pictoline
El psicólogo experiencial Gary Klein, en su libro Seeing What Others Don’t, define al insight como «un cambio inesperado en la forma de entender las cosas».

Un buen insight es capaz, no solo de cambiar nuestra manera de entender las cosas, sino también de cambiar cómo nos sentimos, cómo nos comportamos y las metas que perseguimos.
Basándose en una investigación de 120 ideas que sacudieron el mundo (desde un bombero atrapado salvándose inesperadamente de un incendio hasta el descubrimiento de la penicilina), Klein propone 3 patrones de búsqueda de ideas que pueden aportar una comprensión capaz de romper paradigmas.
Adicional a estos tres patrones, se proponen dos más que, aunque son menos efectivos e incluso podrían llevarnos a conclusiones engañosas, han sido la causa de algunos de los descubrimientos más reveladores en la historia de la humanidad. Por lo que en nuestra búsqueda de aprendizajes no debemos ignorarlos, sino simplemente ser conscientes del sesgo.
Por ejemplo: el médico Michael Gottlieb observó coincidencias en los tipos de síntomas que empezaron a presentar los hombres homosexuales en la década de 1980, lo que condujo al descubrimiento del SIDA.
Por ejemplo: Alexander Fleming observó el curioso comportamiento de las bacterias cerca del moho, y eso llevó al descubrimiento de la penicilina.
Estos son solo algunos patrones de pensamiento que ayudan a detonar el pensamiento creativo, pero si algo tienen en común estas cinco claves es que persiguen el mismo fin: cuestionar lo que parece evidente. En otra entrada profundizaremos en técnicas precisas para detectarlos en el día a día. Por lo pronto…
Nuestra recomendación:
Siempre abrir la mente con preguntas provocadoras que busquen encontrar la causalidad de los eventos; seguir indagando en lo que ignoramos y, más importante, siempre cuestionar aquello que creemos saber.
2 comentarios sobre “Cómo encontrar un insight”
Tema muy interesante y que tiene aplicación en todos los campos, ideal que se pueda profundizar para con más ejemplos de forma tal de activar la inspiración de toda la gente.