La «Ciudad Inteligente» fue quizás el paradigma dominante en la planificación urbana durante las dos últimas décadas. El término fue acuñado originalmente por IBM con la esperanza de que la tecnología pudiera mejorar el funcionamiento de las ciudades.

A continuación un ejemplo de cómo uno de los proyectos más interesantes en el tema de planeación urbana fracasó por perder de vista lo más importante.
Quayside: ¿qué salió mal?

Dicho de otra forma: las ciudades inteligentes parecen diseñadas para erradicar lo que hace que las ciudades sean especiales.
«Nueva York, Roma o la Ciudad de México no son grandes ciudades porque sean eficientes y tecnológicas: la gente se siente atraída por su caos, por las interacciones accidentales y por la diversidad de personas que viven cerca».
- Karrie Jacobs (Tw: @KarrieUrbanist).
El principal aprendizaje del fracaso de Sidewalk Labs:
La innovación debe responder mejor a las necesidades humanas: dejar de centrarse en lo que se puede hacer y empezar a preguntarse qué se debe hacer.
¿Qué sigue?
El proyecto fue retomado en febrero de 2022 por el ayuntamiento de Toronto y, junto con un equipo de diseño -dirigido por Alison Brooks, arquitecta canadiense basada en Londres; el arquitecto ghanés-británico David Adjaye y Matthew Hickey, planea desarrollar 800 departamentos accesibles, un bosque de 2 hectáreas, granjas urbanas y un foro de artes dedicado a las culturas indígenas, decoración con plantas en cada esquina, así como la promesa de ser carbon cero.
Un comentario en “El problema de las ciudades inteligentes.”
Me parece estupendo el trabajo que se está realizando; empezar a dar respuesta a qué se debe hacer…muchas gracias!